Poliomielitis

sábado, 22 de marzo de 2008


Polio; parálisis infantil

Definición


Es un trastorno causado por una infección viral, en la cual el virus, conocido como poliovirus, infecta los nervios. Esta infección puede llevar a parálisis temporal o, en los casos más graves, a parálisis permanente o la muerte.


Causas, incidencia y factores de riesgo

La poliomielitis es una enfermedad contagiosa causada por la infección con el poliovirus, el cual se transmite por contacto directo de persona a persona, por contacto con las secreciones infectadas de la nariz o la boca o por contacto con heces infectadas.

El virus entra a través de la boca y la nariz, se multiplica en la garganta y en el tracto intestinal donde es absorbido y se disemina a través de la sangre y el sistema linfático. Finalmente, el período de incubación (el tiempo desde la infección inicial con el virus hasta el desarrollo de los síntomas de la enfermedad) dura de 5 a 35 días con un promedio de 7 a 14 días.

Los riesgos son, entre otros:

  • Falta de vacunación contra la poliomielitis y la consecuente exposición a un caso de la enfermedad
  • Viajar a áreas en donde se haya presentado un brote de la enfermedad

En las áreas que tuvieron un brote, las poblaciones más vulnerables son, entre otros, los niños, las mujeres embarazadas y los ancianos.

La polio ha sido erradicada en muchos países y ahora sólo se presenta en pocas regiones del mundo. Hasta hace poco, el último caso de polio relacionado con falta de vacuna en los Estados Unidos fue en 1979; sin embargo, en noviembre de 2005, se diagnosticaron cuatro casos de polio en una comunidad Amish en Minnesota. Ninguno de estos niños había sido vacunado contra la polio, que ahora es una medida de rutina en los Estados Unidos.

Aparte de este pequeño brote, ha habido muy pocos casos de polio en el hemisferio occidental desde los años 70, debido al programa de erradicación masiva que abarca vacunaciones masivas en estas regiones. Sin embargo, todavía existen áreas en el mundo donde la polio está ampliamente diseminada. Esta enfermedad es más común en el verano y el otoño.

Entre 1840 y 1950, la poliomielitis fue una epidemia mundial, pero desde que se desarrollaron las vacunas contra la polio, la incidencia se ha reducido enormemente. Las epidemias todavía ocurren en los países desarrollados generalmente en grupos que no han sido vacunados, a menudo después de un viaje reciente a una región donde la enfermedad es común. Gracias a la campaña masiva de erradicación global durante los últimos 20 años, para el final del año 2005 la polio se presentaba sólo en cuatro países: Nigeria, India, Pakistán y Afganistán.


Síntomas

Hay tres patrones básicos de infección por polio: infección subclínica, no paralítica y paralítica. Aproximadamente el 95% son infecciones subclínicas que pueden pasar inadvertidas.

La poliomielitis clínica afecta al sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal) y se divide en las formas no paralítica y paralítica. Se puede presentar después de la recuperación de una infección subclínica.

INFECCIÓN SUBCLÍNICA

  • No se presentan síntomas o los síntomas sólo duran 72 horas o menos
  • Fiebre leve
  • Dolor de cabeza
  • Molestia general o inquietud (malestar general)
  • Dolor de garganta
  • Garganta enrojecida
  • Vómitos

POLIOMIELITIS NO PARALÍTICA

  • Los síntomas duran de 1 a 2 semanas
  • Fiebre moderada
  • Dolor de cabeza
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Cansancio excesivo, fatiga
  • Irritabilidad
  • Dolor o rigidez en la espalda, brazos, piernas y abdomen
  • Sensibilidad muscular y espasmos en cualquier área del cuerpo
  • Dolor y rigidez en el cuello
  • Dolor en la parte anterior del cuello
  • Dolor de espalda
  • Dolor en las piernas (músculos de la pantorrilla)
  • Erupción o lesión en la piel acompañada de dolor
  • Rigidez muscular

POLIOMIELITIS PARALÍTICA

  • Fiebre, que ocurre de 5 a 7 días antes que otros síntomas
  • Dolor de cabeza
  • Rigidez de nuca y espalda
  • Debilidad muscular asimétrica (sólo en un lado o empeora en un lado)

    • de inicio rápido
    • que avanza hasta la parálisis
    • la localización depende de la parte en que la médula espinal se afecte

  • Sensibilidad anormal, pero sin pérdida de la sensibilidad, de un área
  • Sensibilidad al tacto; un toque leve puede ser doloroso
  • Dificultad para comenzar a orinar
  • Estreñimiento
  • Distensión abdominal
  • Dificultad para deglutir
  • Dolor muscular
  • Espasmos o contracciones musculares, particularmente en la pantorrilla, el cuello o la espalda
  • Babeo
  • Dificultad para respirar
  • Irritabilidad o poco control del temperamento
  • Reflejo de Babinski positivo

Signos y exámenes

El examen puede mostrar signos de irritación meníngea (parecida a la meningitis), como rigidez de cuello o espalda con resistencia a la flexión de la nuca. Al sentarse, la persona puede necesitar apoyar el cuerpo con los brazos.

La persona puede tener dificultad para levantar la cabeza o las piernas cuando está acostada boca arriba. Los reflejos pueden ser anormales. La enfermedad puede parecerse a la encefalitis y afectar los nervios craneales causando dificultad con la expresión facial, la deglución y la masticación, al igual que puede provocar asfixia o dificultad para respirar.

Los cultivos virales de los gargarismos, de las deposiciones o del líquido cefalorraquídeo (LCR) confirman el diagnóstico (ver recolección de LCR). El examen rutinario de LCR puede ser normal o puede mostrar un ligero incremento en la presión, la proteína y los glóbulos blancos. Otra forma de hacer el diagnóstico es evaluar el aumento en los niveles de anticuerpos para el virus de la polio.


Tratamiento

El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas mientras la infección sigue su curso.

Se pueden necesitar medidas de salvamento, particularmente asistencia con la respiración en casos graves.

Los síntomas se tratan de acuerdo con su presencia y gravedad. Los antibióticos se pueden utilizar para tratar las infecciones de las vías urinarias, los medicamentos como el betanecol pueden reducir la retención urinaria, los analgésicos se utilizan para reducir el dolor de cabeza, el dolor muscular y los espasmos. En general, no se suministran narcóticos porque aumentan el riesgo de dificultad respiratoria.

El calor húmedo (paños calientes, toallas calientes, etc.) puede reducir el dolor y el espasmo muscular.

La actividad solamente está limitada por el grado de la molestia y de la debilidad muscular. Es posible que a la larga se necesite fisioterapia, dispositivos ortopédicos o zapatos correctivos, cirugía ortopédica o intervenciones similares para maximizar la recuperación de la fuerza y de la función muscular.

Pronóstico

El pronóstico de la enfermedad varía con la forma (subclínica, no paralítica o paralítica) y el sitio afectado. Si la médula espinal y el cerebro no se han afectado, como ocurre en más del 90% de los casos, es posible que se pueda dar una recuperación completa.

Cuando el cerebro y la médula espinal están comprometidos, la enfermedad se convierte en una emergencia médica que puede terminar en una parálisis o en la muerte, generalmente por dificultades respiratorias.

La discapacidad es más común que la muerte. La infección en la parte alta de la médula espinal o en el cerebro está asociada con un riesgo mayor de presentar dificultad respiratoria.


Complicaciones


Situaciones que requieren asistencia médica

Se debe buscar asistencia médica si se presentan síntomas de poliomielitis, si algún familiar o persona cercana ha desarrollado poliomielitis y no está vacunada contra la enfermedad o si la vacuna contra la polio en un niño no está actualizada.


Prevención

La vacuna contra la polio previene de manera efectiva la poliomielitis en la mayoría de las personas (la efectividad es superior al 90%).

REFERENCIAS

MEDLINE. Enciclopedia Médica. http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/encyclopedia.html 2006


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